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Los ‘Culés’ son superados en todo, menos en el marcador y los merengues se van con autogol y amargura en la ida.
El Barcelona ganó ‘a lo Real Madrid’ un Clásico que parecía más nublado que nunca y que fue rodeado por la angustia que da no solamente esta legendaria rivalidad, también la situación de ambas escuadras.
Los catalanes vencieron 1-0 a los blancos en duelo de ida de las Semifinales de la Copa del Rey, el drama de casi siempre en los Clásicos de España, aunque con una sensación de pocas veces.
Las bajas en el Barcelona invitaban a pensar que la escuadra merengue ya tenía un marcador casi ‘por default’, con una cantidad considerable de descartes que hacían sonreír hasta al madridista más pesimista en un duelo que siempre, siempre tendrá cuentas pendientes.
Contrario a lo que Xavi pueda pensar, las ausencias se notaron, más con un equipo de la talla del Real Madrid en frente. Barcelona corrió la mayor parte del partido tras la pelota y, de hecho, no pasaba ni un minuto cuando los capitalinos ya tenían una oportunidad de anotar comandada por Luka Modric.
Los ‘Culés’ trataron de meter el polvo bajo la alfombra ante unos merengues que fueron pacientes, sobre todo después de que Karim Benzema lograra anotar un tanto que fue anulado instantes después por fuera de lugar. Para los dirigidos por Carlo Ancelotti, parecía cuestión de tiempo para que el gol merengue llegara… y llegó, aunque no de la forma en la que se hubiera esperado.
Kessié encontró un espacio por recorrer, recibió balón que rebotó en Courtois pero el balón dio un rebote tan traicionero en Chamartín como redentor en Saint Joan Despí: un autogol de Miiltao a los 26′ que prácticamente era como enterrar una tumba sin estar muerto.
El Real Madrid no dejó de atacar, incluso en el segundo tiempo. Modric intentaba desde fuera del área y Benzema una conexión con Vinicius. Sería Kessié quien casi anota el segundo del encuentro aunque, al igual que la última vez, encontró unas piernas, pero en esta ocasión, el balón no quedó en el marco sino fuera, y todo gracias a un recién ingresado Anso Fati en una acción que hasta fue aplaudida en el Estadio Santiago Bernabéu.
Ya sea por obligación o por convicción (más por lo primero quizás), Barcelona se replegó para intentar mantener el balón lejos de su meta y, quizás, redondear un resultado poco merecido, pero ambpliamente anhelado para los de Xavi Hernández: en el Camp Nou se define todo aunque, al menos este jueves, los ‘Culés’ tuvieron su versión más merengue al ganar de esta forma.