El francés Leon Marchand, que pulverizó la plusmarca mundial de los 400 combinado individual en poder del mítico Michael Phels (Pekín 2008), se apuntó a la fiesta australiana vivida en la primera sesión de finales en el Mundial de Fukuoka, con las victorias de Ariarne Titmus (400 libre) y el relevo femenino 4×100, también con récord del Mundo, y masculino, así como el oro de Sam Short (400 libre).
Si a priori la carrera de los 400 libre mujeres era la estrella de la primera sesión de finales del Mundial, el espectáculo ofrecido por Marchand lo ensombreció todo.
- Y lo hizo porque pulverizó en 1.34 segundos un récord que databa de 2008, pero sobre todo porque el poseedor del mismo era un mito de la natación: Michael Phelps. Marchand nadó 15 años después en 4:02.50, Phelps lo había hecho en 4:03.84.
El francés de Toulouse recibió de manos de Phelps su medalla, una gran manera de recibir el testigo, de un nadador dispuesto a hacer historia, que conquistó tres medallas en el pasado Mundial (oro en los 200 y 400 combinado individual, plata en los 200 mariposa), y que con 21 años tiene muchos años para gobernar los estilos mundiales.
Marchand fue el protagonista, pero también la portentosa exhibición del equipo australiano, que ganó los cuatro oros en juego en la primera sesión (400 libre, hombres y mujeres, 4×100 en las dos categorías).
El primer oro fue para Ariarne Titmus, campeona olímpica de 400 libre, que además puso su nombre al primer récord Mundial en el Mundial de Fukuoka, tras imponerse en la final con 3:55.38 a la estadounidense Katy Ledecki (3:58.73), que fue segunda, y a la plusmarquista mundial, la joven canadiense Summer McIntosh, cuarta al final.
Titmus, Ledecky y McIntosh, las tres nadadoras más rápidas en la distancia, ofrecieron un gran espectáculo en la piscina Marine Messe de Fukuoka. La oceánica dominó la carrera de principio a fin, al principio se vio inquietada por McIntosh, pero nunca por Ledecky.
La estadounidense perdió su cetro mundial en una carrera que fue de menos a más, pero que no le llegó para ganar. Titmus aguantó la presión de McIntosh en los primeros 200 metros (1:56.94 por 1:57.47) y a partir de los 300, Ledecky apretó y fue segunda, la canadiense se vino abajo y perdió el bronce, que fue para la neozelandesa Erika Faireweather.
El tercer récord mundial de la sesión fue también obra del equipo ‘aussie’. El 4×100 femenino nadó en 3:27.96, por debajo de la anterior marca, que este mismo equipo tenía con 3:29.69 desde los Juegos de Tokio.
Las australianas nadaron con Mollie O’Callaghan, Shayna Jack, Meg Harris y Emma McKeon y se impusieron a Estados Unidos y a China. En la versión masculina de la misma distancia hubo victoria de los oceánicos, pero sin récord mundial esta vez.
- Ganó el cuarteto formado por Jack Cartwright, Flynn Southam, Kai Taylor y Kyle Chalmers, que se impuso a los equipos de Italia y de Estados Unidos. España, que compitió en la final, fue octava.
También se llevó el oro otro australiano, Sam Short, protagonista de los 400 libre, una prueba de un gran nivel, con los dos primeros, Short y el tunecino Ahmed Hafnaoui, que es el vigente campeón olímpico, poniendo en jaque el récord del alemán Paul Bierdermann (3:40.07), uno de los pocos que queda de la era del poliuretano (Roma 2009).
Short y Hafnaoui nadaron 350 metros por debajo del récord de Biedermann. Al final ganó el joven ‘aussie’ con 3:40.68, dos décimas menos que el tunecino. El alemán Lukas Martens se llevó el bronce con 3:42.20.