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En 2015, Blanchard convenció a su novio para que matara a su madre, quien la obligó a usar una silla de ruedas y una sonda de alimentación por años.
En 2015, Gypsy Rose Blanchard convenció a su novio Nicholas Godejohn de matar a su madre, Clauddine “Dee Dee” Blanchard, después de años de abuso.
Nicholas obedeció a su novia y mató a puñaladas a Dee Dee con un cuchillo que le dio la propia Gypsy Rose.
Tras el asesinato, la pareja huyo de la escena en Missouri. Sin embargo, fueron arrestados a cientos de kilómetros de distancia, en Wisconsin, donde vivía Godejohn.
Este 28 de diciembre, ocho después de ser sentenciada tras declararse culpable del asesinato en segundo grado de su madre, Gypsy Rose Blanchard salió de prisión en libertad condicional después de cumplir el 85% de su sentencia original.
El caso de Blanchard despertó el interés de medios nacionales e internacionales, luego de que surgieran informes de que su madre, Dee Dee Blanchard básicamente había mantenido prisionera a su hija, obligándola a usar una silla de ruedas y una sonda de alimentación.
La realidad era muy distinta a lo que Dee Dee quería que la gente creyera de su hija. Gypsy Rose Blanchard, ahora de 32 años, estaba perfectamente sana y no tenía un retraso en el desarrollo como siempre habían creído sus amigos.
Su madre tenía el síndrome de Munchausen por poder, un trastorno psicológico en el que los padres o cuidadores buscan simpatía a través de las enfermedades exageradas o inventadas de sus hijos, dijo el abogado litigante de Gypsy Rose Blanchard, Michael Stanfield.
“La gente constantemente le decía a Dee Dee lo maravillosa madre que era, y Dee Dee recibía toda esta atención”, dijo.
A través de la mentira que mantuvo por años, madre e hija conocieron a la estrella del country Miranda Lambert y recibieron donaciones caritativas, un viaje a Disney World e incluso una casa cerca de Springfield de parte de Habitat for Humanity.
Stanfield dijo que la madre de Gypsy Rose Blanchard pudo engañar a los médicos diciéndoles que los registros médicos de su hija se habían perdido en el huracán Katrina. Si le hacían demasiadas preguntas, simplemente buscaba un nuevo médico y le afeitaba la cabeza a la niña para respaldar su historia.
Gypsy testificó que su madre la golpeó y la encadenó a una cama. Poco a poco, Gypsy también empezaba a comprender que no estaba tan enferma como decía su madre.
“Quería liberarme de su control sobre mí”, testificó Gypsy en el juicio de 2018 de su exnovio, Nicholas Godejohn de Big Bend, Wisconsin, quien cumple cadena perpetua por el asesinato. Ella continuó y agregó: “Lo convencí”.
Cuando subió al estrado en su juicio, los fiscales ya le habían hecho un trato por el abuso que había sufrido. A cambio de declararse culpable en 2016 de asesinato en segundo grado , fue condenada a 10 años de prisión.
El cargo de asesinato en primer grado que enfrentó inicialmente habría significado cadena perpetua.