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Justicia abre investigación sobre el manejo de la crisis, cuestionado por los habitantes
El devastador incendio forestal que arrasó esta semana una localidad del archipiélago estadounidense de Hawái deja al menos 80 muertos, informaron en la noche del viernes las autoridades del condado de Maui, y la justicia abrió una investigación sobre el manejo de la crisis, cuestionado por los habitantes.
«El número de muertos asciende a 80», informó el condado de Maui en una actualización periódica de la situación, y añadió que 1.418 personas fueron evacuadas y llevadas a refugios de emergencia.
Las críticas por la reacción oficial ante el desastre son cada vez más fuertes, por lo que la fiscal general de Hawái, Anne Lopez, anunció la apertura de una indagación sobre cómo fue manejada la crisis.
Los residentes se han quejado de que no hubo advertencias sobre el incendio, que dejó atrapada a la gente en la localidad.
Lopez dijo que emprenderá «una revisión exhaustiva de la toma de decisiones críticas y de las políticas en vigor que condujeron, durante y después, a los incendios forestales en las islas de Maui y Hawái esta semana».
En Lahaina, una ciudad de la costa oeste de Maui muy popular entre los turistas, los habitantes, aturdidos, buscaban entre los restos ennegrecidos de las casas alguna pertenencia que hubiera sobrevivido a la furia de las llamas.
Algunos fueron afortunados. «No podía creerlo», dijo Keith Todd a la AFP tras encontrar su casa intacta. «Estoy muy agradecido, pero al mismo tiempo es tan devastador».
Otros se quejaron de la falta de advertencias. Sólo contamos con el «boca a boca», declaró a la AFP un habitante local, William Harry.
Maui registró cortes de luz y el número 911 de emergencias dejó de funcionar en algunas zonas de la isla, al tiempo que sirenas de alerta de incendios no fueron accionadas.
El número de muertos supera los del tsunami de 1960, que dejó 61 fallecidos en la isla de Hawái.
Los bomberos seguían el viernes extinguiendo los focos y conteniendo incendios aún activos en la localidad, constataron periodistas de la AFP.
Los equipos de búsqueda usan perros para rastrear a las víctimas de lo que el gobernador Josh Green dijo que era «probablemente el desastre natural más grande en la historia del estado de Hawái».
«Lo que hemos visto hoy ha sido catastrófico», afirmó Green tras recorrer la zona histórica de Lahaina, antigua capital del reino de Hawái a principios del siglo XIX.
Los fuegos han devastado más de 800 hectáreas en dos islas del archipiélago y han obligado a evacuar a miles de personas.
El presidente Joe Biden declaró el estado de catástrofe natural, lo que permitirá liberar «fondos federales a disposición de los afectados en el condado de Maui», explicó la Casa Blanca.
Los fuegos comenzaron en la madrugada del martes y su rápido avance puso en peligro a más de 35.000 personas en la isla de Maui, informó la Agencia de Gestión de Emergencias de Hawái.
«No queda nada, todo se ha ido, es un pueblo fantasma», dijo Sarai Cruz, de 28 años, quien huyó de Lahaina con sus padres, su hermana y sus tres hijos.
Brandon Wilson, un canadiense que había viajado a Hawái con su esposa, relató que «realmente parece que alguien llegó y bombardeó toda la ciudad».
En medio de la emergencia, al menos 100 habitantes de la zona tuvieron que saltar al agua para evitar el fuego, informó a CNN la comandante de la Guardia Costera Aja Kirksey, quien resaltó que unas 50 personas fueron rescatadas del mar.