FACTA NON VERBA
Por Víctor Flores
La preapertura del Tren Maya el pasado viernes en el tramo Campeche-Cancún, marcó un hito en la historia de México, el regreso de los trenes de pasajeros, turismo y carga al sureste mexicano. Una profecía que se cumple.
Marca el inicio de una travesía que conecta pueblos, culturas, crea oportunidades y escribe una nueva historia para el Sur de México, un nuevo sendero para el desarrollo regional.
Hay que conocer la historia para no volver a repetirla, El ex presidente Ernesto Zedillo Ponce de León, privatizó ferrocarriles nacionales y luego lo desapareció dejando a miles de familias ferrocarrileras en la orfandad laboral, a cientos de pueblos aislados y marginados por falta del transporte ferroviario en el sureste de México.
El ex presidente Enrique Peña Nieto, utilizó como bandera de campaña construir un tren que ayudara a detonar el turismo en la península de Yucatán, fue una oferta que planteó incluso en su discurso de toma de posesión, pero no la cumplió.
Lo llampo el Tren Transpeninsular, su ruta era ambiciosa, de conectar a las zonas arqueológicas de la península de Yucatán con los destinos turísticos del Caribe mexicano.
Saldría de Mérida, pasaría por Izamal, Valladolid, Chiché Itzá y llegaría hasta Punta Venado en Playa del Carmen, incluso se propuso se extendiera hasta Tulum, pero nunca llegó a construirse y la voluntad política de extinguió.
Un sexenio después el presidente Andrés Manuel López Obrador lanzó el megaproyecto del Tren Maya, la misma idea, pero redimensionada y mucho más ambiciosa.
- Hubo quienes aplaudieron el proyecto, pero también quienes se opusieron e incluso dijeron no era viable, ni factible se concluyera en su sexenio.
Entre los objetivos del Tren Maya estaban volver a conectar a los pueblos marginados, potencializar la actividad turística en el Mundo Maya del Sureste, elevar el gasto y pernocta del turista y hacer del turismo una herramienta de justicia y reconciliación social que frene la convivencia de paraísos turísticos con infiernos de marginación y los lleve a un estado de inclusión y prosperidad compartida.
Para nadie es un secreto que hay grupos que hacen negocio por oponerse a lo que sea; “seduoambientalistas” y activistas brotan por todas partes cuando hay dinero y este caso no fue la excepción.
Finalmente, el proyecto fue lanzado para su ejecución, a diferencia del Tren Transpeninsular, el Tren Maya incluyó a Tabasco, Chiapas, Campeche, Yucatán y Quintana Roo.
Y tras un largo y sinuoso camino, lleno a obstáculos y contratiempos, el pasado viernes se concretó y se puso en marcha el primer tramo de 475 kilómetros que va de Campeche a Cancún.
Una obra descomunal por su magnitud y costo, que el próximo 31 de diciembre se inaugura desde Palenque a Cancún, más de 750 kilómetros de red ferroviaria y finalmente el 29 de febrero de 2024, se inaugurará la obra completa en sus mil 554 kilómetros.
Una obra que efectivamente ha costado mas de 400 mil millones de pesos, debido a que ha requerido inversiones no contempladas como el pago de indemnizaciones, construcción de puentes, viaductos elevados, dobles vías, vías electrificadas y las manos de más de 100 mil trabajadores para concretarla.
Hay tramos espectaculares del tren, en Tenosique sobre el río Usumacinta, Campeche donde el tren pasa entre cerros, en Yucatán por la ruta de zonas arqueológicas y ciudades coloniales y en el tramo Cancún-Playa del Carmen que es totalmente panorámico, así como el tramo 5 sur, donde se construye un puente atirantado en la zona de Paamul para librar el suelo kárstico, cenotes, cavernas y ríos subterráneos.
Sin duda el tramo más complejo de toda la ruta del Tren Maya, que se enfrentó a más de 50 amparos y protesta de ambientalistas y activistas, pero que finalmente se prevé inaugurar a finales de febrero del 2024.
No queda duda que es la obra insignia del presidente y que contra viento y marea se ha realidad en el sureste de México.
Cada estación es una puerta de entrada al Mundo Maya, en cada estación se impulsa el desarrollo y la economía, se fomenta el turismo y se crea empleo.
El Tren Maya está hecho por manos mexicanas, detrás de cada vagón, de cada máquina, de cada riel hay manos mexicanas que han dado vida al Tren Maya.
- Es una magna obra de movilidad sostenible, con 20 estaciones y 14 paraderos, un viaje espectacular por la selva y la cultura maya.
No será solo un medio de transporte, viene a ser el motor que impulse y diversifique el desarrollo de la región, una obra que hace justicia social al sureste, que incluye a las zonas arqueológicas y ciudades coloniales del Mundo Maya en su recorrido por las antiguas ciudades mayas de Palenque, Kalakmul, Chichén Itzá, Tulum, Paamul, Ichkabal, Campeche, Uxmal, Mérida, Izamal, Valladolid, Uxmal y Cancún, para finalmente recorrer los destinos asentados en la costa del Caribe Mexicano.
No es poca cosa, son 42 trenes con un diseño inspirados en la cultura maya.
La profecía se cumple, llueva truene o relampaguee, hay Tren Maya.
Facta Non Verba.