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La víctima murió a causa de una alergia y el viudo pidió 50.000 dólares, aunque Disney alude a una suscripción en 2019 para arbitrar el caso.
El fallecimiento de una mujer de 42 años en las inmediaciones del parque temático Disney World de Orlando ha dado lugar a una situación insólita entre el viudo de la víctima y la compañía. Kanokporn Tangsuan, como se llamaba la difunta, murió a causa de una reacción alérgica tras cenar en uno de los restaurantes del recinto, el Raglan Road Irish Pub, a pesar de haber insistido en que no podía comer frutos secos ni productos lácteos.
El marido, Jeffrey Piccolo, interpuso una denuncia contra el parque temático exigiendo aproximadamente 50.000 dólares, la cantidad que aparece reflejada en la ley de muerte por negligencia de Florida. Además, también pide una indemnización por la pérdida de ingresos, los gastos funerarios y la inestabilidad psicológica.
Hasta aquí todo podría parecer más o menos normal. Sin embargo, la situación se vuelve insólita cuando Disney, en ejercicio de la defensa de sus intereses, le ha pedido a la Justicia que retire la denuncia. Su argumento se basa en que, en 2019, Piccolo contrató un mes de prueba en la plataforma de vídeo en streaming Disney+ y, con ello, aceptó arbitrar todas las hipotéticas disputas con la empresa. Además, las condiciones aceptadas al utilizar la plataforma ‘My Disney Experience’ para comprar entradas para el parque temático Epcot también incluían el rechazo a emprender litigios contra ellos.
Los abogados de la familia de la víctima no dan crédito y han calificado la defensa de Disney como “escandalosamente irrazonable”. Basándose en que las medidas judiciales se han tomado en representación “personal del patrimonio” de la víctima, los representantes legales han enviado una carta en la que han protestado por el uso de la letra pequeña de Disney.
“La idea de que los términos acordados por un consumidor al crear una cuenta de prueba gratuita de Disney+ prohibirían para siempre el derecho de ese consumidor a un juicio con jurado en cualquier disputa con cualquier filial o subsidiaria de Disney es tan escandalosamente irrazonable e injusta que conmociona la conciencia judicial, y este tribunal no debería hacer cumplir tal acuerdo”, han escrito los letrados. La pelota, ahora, está en el tejado del tribunal del condado de Orange, en Florida.